Recorro el cielo de Pegasos su mariposa monarca que frenéticos transitan su alegoría de dioses Nos sostenemos con fastidio justificados por una casta de
campeones absolutos
N o No
No bastó la firma de lo eterno en el libro ni hubo testigos cuando repartimos nuestro
sótano de infelices cuando dejamos el amor condenado a un puño de
ceniza liquidando su
cuota de bendito El
encuentro se grabó en todas tus ausencias sólo una palabra disculparía al
perdedor con las innumerables
muertes que tuvimos Hasta que
apareció el final con hoz irrevocable
Así fue hoy puedo contarlo
Navojoa, Son. Ago./28/2004

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