ORGIASTA
Me doy fenicio y perverso bajo los rododendros,
en la carnal fruta y la apagada llama turbio me unifico
pleno de demonios y labios mojados por su nombre.
Nadie reconoce el espeso mundo que del deseo nace
y de cierta temperatura resultante de una piel intranquila,
de un colmado hueco aquí en lo blando.
Comensal ante el prometido alimento del efímero goce
soy espejo que perfecto brilla ante el amor constante
como animal consumido por urgente fuego,
como cuerpo humilde fiel a la contingencia y abandono.
Insituable sueño con una dignidad que ya no existe,
apresurado me contemplo
múltiple, prudente, total, desnudo y derramado:
estoy solo ante mi propia muerte.
Ya no me necesito.
(Todas son palabras necesarias)
M.M.
Me doy fenicio y perverso bajo los rododendros,
en la carnal fruta y la apagada llama turbio me unifico
pleno de demonios y labios mojados por su nombre.
Nadie reconoce el espeso mundo que del deseo nace
y de cierta temperatura resultante de una piel intranquila,
de un colmado hueco aquí en lo blando.
Comensal ante el prometido alimento del efímero goce
soy espejo que perfecto brilla ante el amor constante
como animal consumido por urgente fuego,
como cuerpo humilde fiel a la contingencia y abandono.
Insituable sueño con una dignidad que ya no existe,
apresurado me contemplo
múltiple, prudente, total, desnudo y derramado:
estoy solo ante mi propia muerte.
Ya no me necesito.
(Todas son palabras necesarias)
M.M.
TRAYECTORIA
He aquí que soy rumor ondulando en la floresta.
He aquí que respiro semejante a un animal irresistible.
He aquí que soy viva humedad en el espejo.
He aquí que purificado vengo con dignidad de muerto vaporoso.
He aquí que digo: hoy es una noche en la que obedezco y huyo.
He aquí mi escritura de hombre del desierto:
atención que me transformo muchas veces.
M.M.
He aquí que soy rumor ondulando en la floresta.
He aquí que respiro semejante a un animal irresistible.
He aquí que soy viva humedad en el espejo.
He aquí que purificado vengo con dignidad de muerto vaporoso.
He aquí que digo: hoy es una noche en la que obedezco y huyo.
He aquí mi escritura de hombre del desierto:
atención que me transformo muchas veces.
M.M.
MAGREB
Aquí mismo en la tarde primera ante el misterio de esta tierra
el tiempo es amargo y purificador y la luz dorado movimiento.
No parece que ardo cuando quiero ser amado a la sombra,
no parece que me pierdo cuando me cristalizo entre las veredas,
no parece que me disuelvo cuando me ilumino en la pulsión del llanto.
Sin embargo desamparado yazgo en este desierto
como si el mundo fuera absoluto polvo que me envuelve
hasta que mi respiración se extinga
con el extranjero canto venido desde las blancas almenas
porque esta quietud me devora cuando mi rostro reconoce.
Quiero dejar la herida que hoy se abre
para ser fragmento disperso, presencia destrozada,
arena entre las arenas
aquí mismo en la tarde primera de mi desprendimiento.
MM

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