AUTOCONCIENCIA
Siente tu mente como un cuerpo.
Tu cuerpo como la mente.
Siéntela adentro.
Dispersa.
Los cables, los hilos mielínicos
los cordones de electrochoques azules.
Sentir que somos uno.
Saberlo.
Conocer nuestra totalidad,
conocer el cuerpo que movemos,
entender los movimientos desde el pensamiento.
Iones saliendo, entrando.
Saliendo.
Neuronas excitadas,
neuronas de ojos blancos,
neuronas en orgasmo.
Pulpos del pensamiento que estallan en una
niebla gris que sacude,
se expande
que existe desde la carne
fluye como bruma morada
se entremete por tus intersticios
te invade
te coloniza.
Mi voz coloniza tu cuerpo,
llega
se asienta
te golpea
te da microgolpes
nanogolpes
testerea tus moléculas
las hace reír,
les provoca cosquillas con sus nanolenguas
rosadas
que lamen frenéticas sus enlaces,
sus brazos de fuerzas de Van Der Walls,
sus puentes de hidrógeno,
sus polaridades.
Siente entonces como tus ojos cambian,
tus pestañas
tus labios
tu sexo
cambian desde adentro,
desde el intersticio,
desde el microcorazón del mundo
del universo,
de los universos que te forman,
que chocan
se estrellan unos con otros
provocando infinitos big bangs,
que se expanden para hacerte volátil
y dejarte la opción de flotar,
de volar dentro de este cuerpo
que llamamos cosmos.
GLORIFIQUEMOS
Agradezcamos la perversión del mundo.
Santifiquemos a los violadores,
cantemos el nombre de pedófilos.
Que los espectaculares muestren los rostros sonrientes de asesinos.
Realicemos certámenes entre sicarios,
demos reconocimiento a los mejores ladrones,
que la corrupción sea materia esencial en la educación.
Glorifiquemos la maldad, el lado opaco de la existencia.
Otorguémosle la justa importancia
para lograr el equilibrio.
POSNARCOTERRORISMO
Somos nosotros.
Somos las malas compañías,
los niños de los que te alejaron tus padres.
Somos los infantes olvidados por el pensamiento de la urbe.
Somos los cuerpos decapitados,
los cuellos lascerados por los cordones que nos asfixiaron.
Somos los cráneos oradados por las balas de tus ojos.
Somos el producto del mercantilismo,
los zombies del crecimiento económico.
Somos el platillo mexicano hecho hombre.
Somos las manos, el dedo que ajusta el gatillo.
Somos la desesperación del mundo en papeles verdes.
Somos los niños sin letras
las madres y esposas que soportan, que nos portan.
Somos la incredulidad del día.
Somos los machos, los peleoneros.
Somos los niños de blanco con el juramento escapando por las yemas.
Somos la corrupción con nombres y cargos.
Somos el feto del deseo mal logrado.
Somos los sicarios enjutos y marginados.
Somos la sociedad esquizofrénica.
Somos los morfismos de la muerte nueva.
Somos los cuerpos fragmentados
las mentes acribrilladas por el miedo.
Somos el tercer cuerpo mutilado.
Somos el simbolismo hecho pedazos.
HISTORIA
Al pronunciarte te toco.
Toco tu cuerpo, tu nombre, tu imagen,
toco tu inexistencia en la mente de millones.
Cuán poderosa es la voz,
cuánto poder puede encapsularse en las palabras,
cuántas mentes citadas.
Porque cuando digo
hombre
se desprenden de los cuerpos
millones de representaciones simbólicas,
millones de hombres dismorfes
que se aglutinan en mis labios,
en mi lengua que se contrae y relaja.
Y cuando digo corazón
secuestro a los corazones del mundo
entre mis manos imaginarias
los aprieto, los junto y
creo un corazón con miles de latidos,
un corazón arrítmico
condenado a una vida de muertes espontáneas
y resucitaciones súbitas.
Y cuando nuestras palabras sean erráticas o inconclusas
excitaremos símbolos quiméricos,
de ojos inacabados, de pies mutilados por nuestra lengua
destrozados por nuestras dentelladas silentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario