Es hora de descoser el
viento que aún anda en las cortinas, el polvo se ha detenido en la alfombra, no
encuentro una escoba para los olores que bajan de las telarañas, alguien vomita
a diario y creo que es mi casa. Mi casa dice que me vaya, que de cualquier
forma el tiempo la está derrumbando, que la vejez, es inevitable para humanos y
edificios. La verdad no sé qué me detiene, tengo recuerdos, desgraciadamente
los malos, han atropellado a los buenos, como si una hermosa película hubiera
sido devorada por las cucarachas y de ésta, sólo quedaran pedazos que ya no
hablan, como si el ácido del desamor cayera lentamente en el film borrando todo
y, poco a poco, los huéspedes huyeran, para no ser alcanzados por la mala
sangre de la mansión.
Navojoa,
Son. Oct./3/2023

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