Ni a favor de Platón ni contra ti
Qué más da si quemaste tus días tras ficciones,
si en la arena elevaste tu mundo imaginario,
soñando con tesoros en los golfos de turno.
Qué más da si de noche viste en ellos la vida,
y, a la mañana, no eran lo que ayuda a vivir.
Deja de preguntarte si ha valido la pena
dedicar tantos versos a un tema semejante.
Lo que creías que eran, lo que son, qué más da.
Y qué más da si ahora el sueño no te llega
para reconciliarte con los otros, los míticos,
y rogarles, si tienen sentimientos, que sea
mañana, para ti, qué más te da, un día
distinto,
al fin distinto.
De "El Perfume de la Pantera" 1982-1983
Valencia, Instituto de Estudios Modernistas, 1999
Nilo abajo
El río es el reflejo
del sueño de la vida.
Silenciosas falucas
cortan de blanco el aire.
Chicos nubios, papiros
florecen las riberas.
El reflejo es el sueño
del río de la vida.
Entre las cañas, túnicas
como garzas de luz.
Los desnudos bucean
la verdad del origen.
El sueño es el reflejo
del río de la vida.
El ónix de los cuerpos
en el jade del agua.
Bandada de ibis corta
el agua azul del cielo.
Es el sueño del río
reflejo de la vida.
Las riberas van, vienen.
Cae la luz. Saluda
en la penumbra un niño.
Retrocede el paisaje.
El sueño del reflejo,
el río de la vida.
De "Acrópolis" 1984-1995
Barcelona, DVD, 2011
Pájaro lejano
Recuerdo aquel cristal de tiempo plano y frío.
Aquel amor primero.
Recuerdo su mullida voz blanquísima,
y aquellas dos columnas esbeltas de sus piernas.
Recuerdo su mirar de flores de azabache
y aquellas mariposas que, en su pecho colérico
de arena, se estrellaban.
Recuerdo la espiral violenta de su boca,
las fresas de sus besos,
y recuerdo que un día se perdió bajo tierra.
Y yo me volví loco, y se llenó mi cama
de nervios y de ardillas.
De "Sábana Blanca-Sábana Negra" 1972
Valencia, Imprenta Quiles, 1973
Patientia
...y sabes que en cualquier
momento de esta noche
cerrar pueden tus manos
el libro de la vida
aunque te quede tanto
por leer. Vida y muerte
son la misma confusa,
fugitiva sustancia.
La risa de Epicuro
resuena en el vacío.
El brillo de algún ídolo
sea tu último engaño.
De "Acrópolis" 1984-1995
Barcelona, DVD, 2011
Poema de amor
a W.H.
Dioses antiguos, ruinas
contra un aire invernal.
Mas tú has de ser modelo
de lo humano inmutable.
El tiempo, de infinitos
y turbulentos crímenes,
lejos de tus mejillas,
tu cintura, tus muslos,
tus cabellos, tus pies.
Mi rojo amor eleva
contra el glacial olvido
un obelisco en llamas,
memoria de tu imagen.
No he de temer mi muerte
pues en ti viviré...
(Así cantaba el Cisne
de Avon, mientras se hundía
en tierno y dulce niño.)
De "Tríptico del Tiempo, la Belleza y la Muerte 1974- 1976
Cuenca, El Toro de Barro, 1983
Poema de la falsa belleza
balanceo e n t r e lenguas /
de turba verdemar /
lluviosa lumbre arriba /
c o n t r a
un secreto cáliz /
ssssssssale sssssssilbante ssssssuerte /
del arco
de
Diana /
sorprendiendo una brisa /
que mas-
turba
a
la
hierb-
a
De "Cacería" 1973
Madrid, Playor, 1983
Poema de la mañana que raya
el palafrén del astro
sobre
un blanco / caballo
revestido de gualdrapas /
deshoja por la niebla –arco suave / de agua alada–
murmullos
risas
rosas /
empuña
esgrime el rayo de la luz / primera
ya gardenia
dalia
ya /
santuario de las llamas
descendiendo / la estrella
strelitzia
crisantemo /
en la bruma del véspero
tocando / el horizonte que
confunde flores / de mirto
lunas con
narcisos negros /
o los pies del heraldo de la muerte
De "Cacería" 1973
Madrid, Playor, 1983
Poeta tebano hacia el 422 a.c.
He sido báculo de las musas, dulce
recipiente sonoro de himnos a los hombres
que, al son de flautas lidias, devenían
estatuas de dioses por mis versos.
Ahora, aquí, en Argos,
en el año noventa y seis de mi existencia,
solo abro ya la boca para cantar a Zeus
que, magnánimo, aún regala a mis ojos
la frescura y la gracia
de las brillantes formas adolescentes.
De "Acrópolis" 1984-1995
Barcelona, DVD, 2011
Sandro Boticelli
(1444-1510)
I
Un azul de cobalto transmuta la distancia
en santuario nocturno de cuyo laberinto
salva el hilo de luz del laúd de un arcángel.
Lírica línea, tu alma, miniada de lejanos
y misteriosos soles, cielos, lunas, avernos,
invoca en la pintura un jardín sideral
donde los dedos gustan arquitecturas frías
y deshojan los blancos jazmines de la carne.
Sangre en gemas, carbunclos; vocerío de hierbas,
la cabellera al aire de la Idea; hibisco
de fuego que introduce su enloquecido estambre
en la curva perfecta de un daimon imposible.
Yo no busco tu cuerpo traspasado de saetas
en el dulce y amargo combate del amor
que cuanto más fulgura más hiere, ni tu ser
de Centauro y Minerva, tierra y aire a mitad,
sino el pulso instintivo de tu daga o pincel
que eterniza un suspiro sacrificando su oro.
Luz-iris de Eros suave, sobre silentes labios.
Mancebo de marfil palidece el paisaje.
La materia hecha nube aproxima los mundos.
Al sentir en su torso el apremio de Céfiro,
fastuosa y virginal Flora enciende el vacío.
En los ojos de Venus, Amor azul. Mercurio
calza sus alas puras para beberse el éter.
La Belleza en tres voces aquilata manzanas.
II
A muerte, en el retablo, seduce el níveo virgen.
El pincel insistiendo en cabellera intonsa,
barnizando muy lento la azucena del sexo,
labrando los diamantes de la esperma primera.
Inocente verdugo de los idólatras
poseídos del filtro del color y la línea,
sueñas en la aparente laxitud de tu lucha
bajo el hermoso pie de la Victoria-Idea.
Si una granada cede su rubor a un dios niño,
no es su pulpa edén, sino la tierra entera.
El Carro de las Hora arrasará los labios,
pero el sabor del beso late infinitamente.
El tirso es lo fugaz; la columna, lo eterno.
Liturgia de los sueños para vencer la Sierpe.
Indefensas beldades por el tiempo cuarteadas
espejean el futuro. En él, ver reflejado
las muletas que arrastran la vejez de su artífice.
Ya no miras el mundo, que es falso. Haces que nazca
en el postrer instante un dios del lienzo. Todo
se ha cumplido. Y asciendes en un abrazo de ángeles.
De "Columnata" 1973-1974
Valencia, Ediciones Ojuebuey, 1990
Tumba de Ícaro
Aquí, junto a las alas deshechas de las olas,
reposa fría sombra de juvenil desnudo,
ya tránsito sin nombre más allá de los astros,
para nunca volver a ser su ser.
Perpetua
resuena una perdiz en el azul radiante.
De "Acrópolis" 1984-1995
Barcelona, DVD, 2011
When forthy winters shall besiege thy brow
te impones que su antorcha joven prenda en tus versos
la materia danzando su designio de gracia
y lo tomen por faro náufragos de la vida
aunque ya no responda ni su sombra a su sombra
y aun sabiendo que nunca podrán imaginar
la enigmática luz tan rubia de su cuerpo
porque nunca regresa
ni siquiera en un dios
De "El Perfume de la Pantera" 1982-1983
Valencia, Instituto de Estudios Modernistas, 1999
Zwiefalt
Por la noche, cansado de aprender
tantas cosas inútiles, te pierdes
en cualquier paraíso artificial.
Alguien te pide fuego con los ojos.
Lo fijo y lo volátil de la carne.
Apura de su ser la negritud.
No has de temer que lleguen esas noches
en que nada merece ser vivido.
Para tenerlo nuevamente, escribe
de un ser entre Ganímedes y Venus.
Y, en tus versos, corónalo de rosas
y de violetas, porque es ella y él.
De "El Perfume de la Pantera" 1982-1983
Valencia, Instituto de Estudios Modernistas, 1999

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