miércoles, octubre 02, 2019

POR ESTA HEBRA: Elia Casillas




Los ojos rompieron el poniente

sin abrigo, y sin saber

si tu lluvia vendría a los pies de mi tierra,

y una mañana contaríamos al nido

la leyenda del Álamo.

Donde mis cabellos surcan,

empeño el vuelo desde el hueso más duro,

y abrazo el lecho que apacigua mi vida

y muero en este trono,

que apuesta con horario filoso

la malquerencia del fracaso.






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