Cabeceo en tu hacienda
amoroso vientre de turistas,
alma retractada no soy
Señora, no requiero salvoconducto,
aventurera
sin aval
antes de que me guardes
descubre la sangre erizada
barro
infinito
y
enhebra en estas piernas
su
rostro humeante
en tu
campo de lamentaciones familiar.
En el
sueño
ido, mis manos huérfanas,
agradecidas,
sin oxígeno,
humano soplo agonizante
descanso al fin Madre Tierra
me iré en un fogonazo
a mi
excursión naciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario