viernes, septiembre 23, 2011

Fernando Valverde


Madrugadas XII




Y recorrer al niño

que quiso parecerse

al hombre que no ha sido.





Y cada noche verle

llorar en los rincones.





Y cada noche oírle

decir que lo sabía.





(De Razones para huir de una ciudad con frío)

. ..La apariencia



Una ciudad enferma es un invierno frío,

un invierno tan frío como el dolor sin viento,

un rincón es un verso,

un huracán un águila,

agosto una mentira.





Las cosas nunca son lo que parecen.





Lorca es la luna quieta

sobre el estanque rojo,

Neruda un animal

que se retuerce y llora.





Tampoco los poetas.





Borges cogió del tiempo su descaro,

Vallejo jamás leyó a Cernuda,

Cernuda nunca quiso una mirada

que pudiera salvarle,

Miguel Hernández tuvo

en su mano un fusil,

y Alberti que fue un pájaro

azul como las olas...





Los poemas que duelen son de todos,

la razón de los días está en ti,

el tiempo no comprende la existencia,

y la ciudad aún duerme,

todos duermen...

La noche es un lugar para el olvido.





La niebla nunca suele acomodarse,

los barcos que se hunden son ciudades

en el fondo del mar,

la música es el eco de un lugar muy profundo,

las palabras son cofres que contienen

una parte de ti que pretende ser pájaro.





Y hay un lugar que tiembla,

los lugares que tiemblan son paisajes,

paisajes parecidos a septiembre,

cartas que son espera,

direcciones de viento que procuran

recibir un adiós cuando es octubre

y nada se parece al equilibrio

de aquello que has amado.





La muerte es un instante que ya es nuestro,

el frío una razón para sentir

el calor de los otros.





Nada aquí se parece a su contrario,

este dolor tan simple es un desierto.





(De Razones para huir de una ciudad con frío)

. ..Postal de Praga



Quiero traerte al mundo que conozco,

a mi mundo de voces y fantasmas,

de ciudades que tienen un rincón

donde buscar la muerte.





Mi mundo es tan oscuro sin el tuyo...





Ahora miro el Moldava,

el agua se suicida en cada margen,

la ciudad está quieta,

es un dolor sin dioses ni esperanza,

muchas guerras después

aquí la gente huye

de cualquier ilusión pronosticable

y el cuerpo se contagia

de un temblor parecido a la humedad.





Las paredes son grises como el humo,

hay un final después de las palabras

que parece romperse.





Y en Vysehrad se mueren las palomas,

el invierno es tan frío que resulta

una herida en las manos y en los pies.





Pero aquí nadie tiembla, todos saben

que es cuestión de fortuna y de equilibrio.





Todos creen en la espera.





Y el dolor se acostumbra,

el tiempo se acostumbra,

el miedo y la tristeza se acostumbran

a vivir sin rencor.





Nada tiende a romperse, todo queda

empapado después de una tormenta,

de una frágil tormenta que sostiene

un milagro de voces,

un dolor tan amargo como el frío.




(De Razones para huir de una ciudad con frío)

. ..Sueño


Hoy has vuelto a mirarme

con esos ojos tuyos de mi infancia

que me han amado tanto.

No podía tocarte.


Son complejos los sueños.



Lloraba la certeza de que todo acababa.

Conocía el final

y los ojos que estaban frente a mí

no temblaban de miedo al ver mi llanto.


Me miraban tranquilos,

no se desconcertaban,

clavaban su ternura en mi fragilidad

y en su honda distancia

no querían sellar la despedida.

Me persiguen tus ojos,

no sé si están en mí

o si quieren decirme que el sueño ha terminado.



(De Los ojos del pelícano)

. ..El lago

Esta nieve que pisas va a convertirse en barro

y en el lago veré mi rostro sin el tuyo.



He transitado el borde de la orilla,

he querido cruzarlo sin mojarme los pies

y he tropezado tanto que me duelen las manos.



Debajo de la hierba esperan piedras

que reciben mi piel como una encrucijada.



Pero no se la apropian,

los cuerpos son tan bellos cuando el tiempo los toca

que no nos pertenecen,

son un bosque prohibido.


Quedará para siempre la marca de un reflejo

porque no van los brazos a olvidarlo todo

aunque se hagan más grandes nuestras dudas.


Las canciones que olvidas son huellas en la nieve

y en la piel de los lagos se deshace el futuro.



(De Los ojos del pelícano)

. ..El bosque

Alguien entra en el bosque mientras grito.



No puedo detenerlo.


Sólo existe mi voz

tan rota y tan cobarde

que cada noche vuelve a repetirse

sin que logre hacer nada
.

Hay tanta incertidumbre allí en el bosque,

es tanta su espesura,

que es mejor estar quieto,

aunque la misma angustia suceda cada noche,

aunque el bosque sea yo y alguien huya de mí.




(De Los ojos del pelícano)

. ..Un lobo



Dentro de este poema pasa un lobo

que deja sus pisadas en la nieve.


Sigiloso y hambriento,

recorre una ciudad

que miró confiada hacia el futuro.


Hoy han bajado todas las persianas.


Es tarde,

trato de no hacer ruido

y que avancen los versos como pasan los días

para que el lobo escoja

un camino que lleve a otro lugar,

una presa más débil.


Pero en este poema espera un lobo

que ha venido a buscarme.

Aunque intente estar quieto y no hacer ruido

salta por las palabras un recuerdo

que me arranca un aullido y me devora.



(De Los ojos del pelícano)

.

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