jueves, septiembre 12, 2024

Máximo Ballester: Poesía

 


PARA METERTE EN UN ENREDO

 

Sabiendo que no encontrarás

la salida, sueltas palabras como


justicia

democracia

instituciones

equidad

libertad

moral


y luego te preguntas


¿cómo llegamos a este presente?


¿cuándo empezamos a conformarnos

con tan poco?


Es difícil ser libre en un mundo que no lo es.


Que nada te impida saber

que en realidad no lo eres.


 

DESPERTARES

 

Es una bella mañana en Painful City.

–Querida: desde que despertamos,

no has dicho gran cosa.

–Y tú no has escuchado mucho, cariño.

 


 

MI MADRE MUERTA

 

Las horas amargas.


Mi madre muerta en su cama.

Los ojos abiertos todavía escuchando, los labios

morados.


Losa imposible en mi espalda,

gruesas cadenas retorcidas en mi pecho

no me abandonan ni por un segundo.


Las horas amargas, las hojas caídas.

La ropa muerta de mi madre,

sonríe, el cuaderno de notas, sus cosas...


Y ahora al salir veo que hay un sol roto en la acera,

un enorme huevo estrellado

que chorrea su luz en árboles y coches.


La gente está en otra cosa.

Camina de manera extraña.

La gente se esfuerza por disimular que

sabe de mi madre muerta. La gente en la calle:

todos extras que actúan en la película de mi locura.



 

DOBLE DE RIESGO

 

Como en

las películas violentas

necesito un

doble de riesgo esta

noche

alguien que quiera suicidarse

por mí

y sentir en él la crudeza aguda

el tajo decisivo

la carne abierta

el desconcierto

y saber saber saber

si quiero volver

a ocupar

de nuevo

un mísero lugar

entre los

vivos.

 

NO HACEMOS MÁS QUE TRANSCURRIR

 

En este lugar

por el que transitamos mudos

nadie está aquí del todo

nadie está aquí de veras.

M. B.

 

He bebido demasiado

y en el humo del cigarrillo se adivina

el otoño por venir.


Las cosas están aisladas: no hay pensamiento

que las ligue.


Las paredes asisten a la exhumación

de las señoras del placard.


No hacemos más que transcurrir.

Transcurro y de vez en cuando echo un vistazo

por la ventana. Hay hielo

en los faroles del techo blanco.


Asisto perplejo al abismo de esta alfombra sin pies.


En algún lugar que no sé, la noche pierde su juicio.

 



POEMA CONFESIONAL

 

Me examino,

me desgarro a dentelladas.


Escarbo en el basural de mí

y hago añicos todo lo que no es verdad.


Nunca es suficiente.


Vivir es engañarse.

Vivir es fallar.

 

JANNIE

 

Su conocimiento de pintura y de museos.

Sus planes absurdos.

Sus ojos claros.

Su mirada, en ocasiones tonta, acerca de

              ciertas cosas.

 

 

Su sexo de colibrí.

La suavidad de sus pies para hacer ya sabes qué. 


Escribía muy mal (nunca se lo dije)

pero cocinaba los mejores hot cakes con crema

             de avellanas.


Su tatuaje de los Blues Brothers. Y esos otros

horribles: llegará el tiempo en que los tatuajes

               sólo les interese a los forenses.


Hemos bebido y follado mucho durante largas horas.

Hemos hablado del futuro pero en verdad

no nos preocupaba mucho.  


Su manera divertida de eructar torciendo la boca.

Su manera loca de vestirse.

Se desnudaba «pensando» –su mente en otra galaxia–,

se desnudaba con la paciencia de las nubes.


No me pregunten si la amé.

Sea como sea, todo lo mío con ella está encallado

y sellado en un lugar extraño, y me he resistido a abrirlo

todos estos años.


Hasta esta noche

que me atreví a abrir la cerradura de los recuerdos

y me sentí un imbécil otra vez.






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