PARA
METERTE EN UN ENREDO
Sabiendo
que no encontrarás
la
salida, sueltas palabras como
justicia
democracia
instituciones
equidad
libertad
moral
y
luego te preguntas
¿cómo
llegamos a este presente?
¿cuándo
empezamos a conformarnos
con
tan poco?
Es
difícil ser libre en un mundo que no lo es.
Que
nada te impida saber
que
en realidad no lo eres.
DESPERTARES
Es
una bella mañana en Painful City.
–Querida:
desde que despertamos,
no
has dicho gran cosa.
–Y
tú no has escuchado mucho, cariño.
MI
MADRE MUERTA
Las
horas amargas.
Mi
madre muerta en su cama.
Los
ojos abiertos todavía escuchando, los labios
morados.
Losa
imposible en mi espalda,
gruesas
cadenas retorcidas en mi pecho
no
me abandonan ni por un segundo.
Las
horas amargas, las hojas caídas.
La
ropa muerta de mi madre,
sonríe,
el cuaderno de notas, sus cosas...
Y
ahora al salir veo que hay un sol roto en la acera,
un
enorme huevo estrellado
que
chorrea su luz en árboles y coches.
La
gente está en otra cosa.
Camina
de manera extraña.
La
gente se esfuerza por disimular que
sabe
de mi madre muerta. La gente en la calle:
todos
extras que actúan en la película de mi locura.
DOBLE
DE RIESGO
Como
en
las
películas violentas
necesito
un
doble
de riesgo esta
noche
alguien que quiera suicidarse
por
mí
y
sentir en él la crudeza aguda
el
tajo decisivo
la
carne abierta
el
desconcierto
y
saber saber saber
si
quiero volver
a
ocupar
de
nuevo
un
mísero lugar
entre
los
vivos.
NO
HACEMOS MÁS QUE TRANSCURRIR
En
este lugar
por
el que transitamos mudos
nadie
está aquí del todo
nadie
está aquí de veras.
M.
B.
He
bebido demasiado
y
en el humo del cigarrillo se adivina
el
otoño por venir.
Las
cosas están aisladas: no hay pensamiento
que
las ligue.
Las
paredes asisten a la exhumación
de
las señoras del placard.
No
hacemos más que transcurrir.
Transcurro
y de vez en cuando echo un vistazo
por la ventana. Hay hielo
en
los faroles del techo blanco.
Asisto
perplejo al abismo de esta alfombra sin pies.
En
algún lugar que no sé, la noche pierde su juicio.
POEMA
CONFESIONAL
Me
examino,
me
desgarro a dentelladas.
Escarbo
en el basural de mí
y
hago añicos todo lo que no es verdad.
Nunca
es suficiente.
Vivir
es engañarse.
Vivir
es fallar.
JANNIE
Su
conocimiento de pintura y de museos.
Sus
planes absurdos.
Sus
ojos claros.
Su
mirada, en ocasiones tonta, acerca de
ciertas
cosas.
Su
sexo de colibrí.
La
suavidad de sus pies para hacer ya sabes qué.
Escribía
muy mal (nunca se lo dije)
pero
cocinaba los mejores hot cakes con crema
de
avellanas.
Su
tatuaje de los Blues Brothers. Y esos otros
horribles:
llegará el tiempo en que los tatuajes
sólo
les interese a los forenses.
Hemos
bebido y follado mucho durante largas horas.
Hemos
hablado del futuro pero en verdad
no
nos preocupaba mucho.
Su
manera divertida de eructar torciendo la boca.
Su
manera loca de vestirse.
Se
desnudaba «pensando» –su mente en otra galaxia–,
se
desnudaba con la paciencia de las nubes.
No
me pregunten si la amé.
Sea
como sea, todo lo mío con ella está encallado
y
sellado en un lugar extraño, y me he resistido a abrirlo
todos
estos años.
Hasta
esta noche
que
me atreví a abrir la cerradura de los recuerdos
y
me sentí un imbécil otra vez.
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