Hubiera dado mis ojos
es preferible cuando sólo tienes la voz en la ranura y la soledad y su melaza ardiente quema
las palabras En los lirios
del amanecer hubiera
dado mis ojos
si con ellos ya no pienso Hemos escrito
en el fuego de nuestros espíritus quemados
en este infierno que
nos dio un sólo instante
y un no No
no no es suficiente la canción tampoco es la noche ni siquiera las manos en la granizada que no
llega y es invierno y es el cuerpo este cuerpo donde olvidaste el cuerpo el cuerpo que golpea los barrotes de mis ojos y abre un siglo de ceguera no no no no es el cuerpo es Dios
y Dios pinta un verso con su ardiente dedo
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