No sé a qué jugaba, pero la buena
suerte iba de mi lado, arriesgué, era irme o permanecer. Hubo mensajes, no
quise indagar, cerré y cubrí los oídos, mis carcajadas estallaron sin
comprender. Las decisiones toman un segundo, las mías ni siquiera fueron de medio
tiempo. De algún lado avanza la noche, ocurre de todo y nada, el viento no es
el mismo, los olores se confunden con la brisa, en la arena se mece el color
intenso y brillante de un alga luminosa, hay una fogata viviente, no es para
pensar, arden mis pies y la punta del cabello aún se quema en la memoria. Hasta
que amaneció, dormí en la paz del infierno, abrazada aquella lumbre.
Navojoa, Son. May./7/2022

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