Sola, sin tu sombra
Y la torre azul crece
Frida
mira el dolor que se doblegó
sin ella
Con acuarela en el cabello
pinta un cielo lóbrego en cada
herida
amarrada al caballete de su
maldición
cultiva un centenario triste en los ojos
Diego
y flechas
repartidos en el lecho
Frida
más viva que nunca
En armazón de muerte
amamos tus costillas
porque somos barro encendido que
vuela
vuela y
Vuela mal querido
como tú
para no perderse en turbina
cotidiana
para curar la fe que amenizan tus
manos
quedas en retina del tiempo
buscándote tu misma
Guardas
males en la botella
amores en lienzo
de piedra
enardecen tus deseos
pariendo Fridos al tiempo
Huella que se adelanta
desde la sangre que pusiste en bocetos
suscritos en entrañas del desconsuelo
que ya te cargaba entre ojos
o entre varillas
Vulnerable sombra retinta
predice tu naufragio en la falda
y pisa desde otro extremo
alegría de los tobillos
Prófuga en jardín de espinas
amarras alfileres en la piel
craquelada
y descubres el arco iris de metal
Esternón de plástico
y boceto lastimado
donde patinas cementerios
el perdón de la matriz vacía
tu otra parca
frío que llegó con iceberg hosco
y sin mentira
desgasta los talones
poco
a
p
o
c
o
atropellando a la madre
que zarpó sin hijos
Ciudad del siglo
el tiempo no desentierra perfume de la osamenta
que abandona astillas en el patio huérfano
con los pies a medias
para circular la gloria que dejaste con tu fuga
tres pulmones al viento
y tonada de cantina
Marchas
con ilusión carcomida
el
bisturí va
y
viene en las raíces calizas
mutilando al nido blanco de ramas plateadas
a la
cáscara de tu mampara eufórica
a tu
amor de papel
que
rotula sin tinta su partida
Abres
mezclas
desierto con hojas
cuando
ovulas tu Frida
y
aparecen otras Fridas
como tú
arponeadas
Sigues el taconeo de muslos
el tul de tu montaña parda contempla
el reinado
con lupa de jerarca
Invocaciones atraviesan las tinieblas
pero el espejo ya no puede
repetirte
ya no hay urgencia en la tela
tus dedos respiran éter violáceo
y tiñen el universo de luces
Un musgo dorado fortalece tus alas
descuartiza el tiempo
y revela el embrague de los días
que sólo escucha la galería de los
planetas
Los cuervos celebran tus músculos
clavados
saboreándose
pero tú estás ronca
desde el amor que te dejó aturdida
zapateas lutos en un jarabe largo
y el tequila se frota el sexo contigo
y quedas en el vaso que te bebe
sal limón
agave
chupándote la vida
y a ti
Para no vivir con voluntad
caída
barnizas tu asesino
con mano aguda que contempla
desde el silencio
y pateas
y escupes la guadaña
que cada tanto manda premisas
de epitafio
De frente
copias siete vueltas seguidas
a la desgracia
que rebasó tus pesadillas
con cautela
Hay un dolor que te define y
niega
moldeas el universo con tres
ojos
y las manos se lo comen
En el vestido crece una noche
y dos estrellas
pero tú giras s o l a
s
o
l
a
S
O
L
A
sin tu sombra
Para no vivir con voluntad
caída
barnizas tu asesino
con mano aguda que contempla
desde el silencio
y pateas
y escupes la guadaña
que cada tanto manda premisas
de epitafio
De frente
copias siete vueltas seguidas
a la desgracia
que rebasó tus pesadillas
con cautela
Siempre con urna de colores
tercer ojo donde descansas
y flotas con la catástrofe
junto a los pinceles
que te cercenaron antes de
entrar
al mausoleo
Retozas en el anochecer de tu faldón
y en la pintura que secciona tus fantasmas
desdoblas el cadáver que vive en la brocha
humedeciendo el corazón del sudario
con tu niña de cristal
hecha pedazos
Y cantas
cantas con púa que afloró en
el cuello
cantas
en medio del abismo encarnado
con
un grito melancólico que te absorbe
y
vomita
Cantas al sapo de la acuarela
y al príncipe de overol
cantas
a los perros del blanco
y a la vida intensa del gris
cantas
al violeta infiltrado
que
te dejó un zapato amargo
sin
pie
Y
cantas
con
manos enamoradas
aullándole
al amor
Magdalena concebida en el motín
la revuelta marcó hecatombes y jolgorios
regalos de la providencia
que se jugó tu pies en los pantanos
Soberana del tiempo y sus encajes
adornaste tu Frida con acero
mientras agitabas costumbres
con tu niña de colores
Encapsulada
y sin ti
barres el universo
con tu
escenario de testigo
Con el sueño azul que selló
pesadillas
armas una leyenda surrealista
crudeza
mágica
enganchada al segundero de la parca
que se
refresca en tu corpiño
Vas en medio de la fatalidad
y despiertas con un cadáver en cada ojo
escarbas
y en el cabello rueda una noche de lobos
en la sangre huyen los espantos
y regresas del laberinto seco
con un dios despellejado
en
las entrañas
Frida
¿Cuántas veces te has
asesinado?
Preguntas por tu cuerpo
y sólo recoges fragmentos de
silencio
dolencia de clavo
que no cesa de sufrir
y es vaivén ondulando
su desgracia en canal del infinito
Viajas
y viajas con puñalada fija
descalza
para
no ensuciar tu alfombra
Te
devuelves
y
sólo eres una huésped más
de polvo

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