Desamor: estado en desgracia.
La literatura me dio libertad y la poesía alas:
Soy inocente.
Hasta que se desvanecen en la memoria, pasan como el viento: Los
amores.
Como la humedad de la casa vieja, algunas ausencias llegan a los
cimientos y la
desploman.
Mientras nos fragmentamos, nos reconstruimos, y así
sucesivamente.
El estilo te descubre, aunque sólo seas un cadáver en la
entre línea del
arte.
Ningún homicida iguala a mis muertos, ni siquiera la realidad
espeluznante del asesino serial.
El
amor construye, el desamor hace de las suyas.
Una
luciérnaga es un bosque de fuegos artificiales.
Cuando la musa se presenta, la palabra muerde, pica, punza,
desgarra, patea, rompe.
Si
Dios nunca duerme, ¿de quién son los ronquidos espaciales?
Como
a la tierra, nos sostiene el fuego desalmado de las entrañas.
La eternidad es una promesa, hay que vivir ilusionados, es lo único
seguro del
creyente.
La
fe, es el paracaídas del religioso.
La
esperanza, es la madre del desgraciado.
El pájaro también tiene miedo cuando lo sueltan, la Muerte, no
respeta a nadie.
Nacer,
morir, y en el paréntesis, el camino es desliz y purificación.
Nadie
está a salvo de la Muerte, salvo la Muerte.
La
Muerte es un pájaro de alas luminosas.
No es la Muerte lo que busco en el poema, sino la vida que aún late,
en la poesía
de los muertos.
Los grillos no buscan público, sus notas son el concierto que alza y
prolonga el
insomnio. Ellos lo saben.
Los años no definen a una persona, sólo el canto de sus huesos, la
sonrisa y las rugosidades
del camino.
Algunos ancianos mueren jóvenes.
En el brinca brinca, hay caídas que nos dejan sin estrellas,
estrellados, y sin
noche.
El fantasma que vive entre los muros de la casa, es posesión no
considerada en el inventario
personal.
El
pasado, es el lugar común más concurrido.
El presente, cita continuamente el mañana, pero no viaja al futuro
un día antes, excepto los clarividentes, que desgastan con
profecías el corredor de las eras.
El
pasado y su bisturí en llamas.
Las
palabras se fumaron mis ideas.
Vacío:
palabra que hay que llenar, de ser posible, con sueños.
La
nada, el hoyo que nos aísla.
El
amor sostiene fuegos, perfumes, hogares, flores.
Palabras,
en el silencio, memoria y felicidad, son un desastre.
Dos cuerpos ardientes son hoguera y la hoguera: un instante
encendido.
No
enciendas fuego, cerca de una mujer ardiente.
Pájaros, poemas del árbol manchando las
avenidas.
El
árbol sabe que un día encenderá libros, mentes, malignidades.
Los
poetas son baladas universales.
El
poeta es un lugar común.
Ausencia: el hueco que dejan los pájaros cuando se van de la
función.
Los
líos del corazón, se escriben con sangre y tinta invisible.
Entre renglón y renglón, hay un fantasma que come, sueña, baila y
hace piruetas, sin
tocar jamás las líneas.
La
soledad es una cobija con dientes.
La perfección se reconoce en el endurecimiento de la soledad y se
dignifica en los
muebles de los días.
Ensamblar al universo con el oído, la oreja con la tierra, con el
pueblo, con el gemido encendido.
Si
nos encontramos, que sea en la sopa de fideos.
En
el pecho de un árbol, también late el fuego de Dios.
El poeta y su tinta arden, se envalentonan, quieren decir algo:
Nada.
El
silencio danza, el muro se lamenta.
Del
silencio al silencio: Un puente callado.
Es
excesivo el silencio de la ausencia.
Sabía
que algunas ausencias, matan, rejuvenecen.
El
milagro eres tú, tú y tus parabienes.
Antes
de que tomes una decisión, busca una báscula.
Las
malas decisiones tienen voz y rostro, las buenas, también.
El trabajo de un sólo hombre, cambió la historia de la
humanidad.
La vida es más ligera, si tienes fortaleza para sostener tu ego, por
encima de su gravedad.
El
poeta siente la luna y, su musa lo ampara al pie de la palabra.
Es
lo que es, la poesía no se justifica, el poeta sí.
A veces, ni el espejo quiere vernos.
Siempre me asustó la oscuridad, la oscuridad con la que veo al
mundo.
La literatura delata, sella, exhibe con maestría los intestinos de
vivos y muertos.
Más tarde, la luz se apagará, como un puño de nublados volaremos
al ardiente silencio.
Me consumes, como la poesía, te adueñas de mis sostenes y
favores.
La única forma de dialogar con un oso es de lejos, muy lejos, como
en una película, o en un documental de National
Geographic.
El ritmo, es la respiración en la obra, apocalipsis en oleaje
artístico, la danza aterradora
de la creatividad.
La vida, es la universidad que nunca da un título para colgarlo en
la pared.
Dios
es padre y como padre, corrige.
Dios
no perdona, si así fuera, Satanás estaría con Él.
La lluvia humedece a la naturaleza, la mano de
Dios la fortalece.
El
hombre, es el ego de Dios hecho carne.
El
bien y el mal vienen de Dios.
Satanás
también es hijo de Dios.
Nacemos
con el bien y el mal incluidos.
La
fe, hizo de la montaña una metáfora.
Ateos
y creyentes tienen algo en común: Dios.
Impresa en el fuego del papel: la palabra.
El
pájaro vuela, según el talento de sus alas.
Alguien
dio un salto de fe y las montañas armaron su fandango.
Explotó Hiroshima y tres días después Nagasaki. La fe no
intervino, porque como dice el Señor: la fe sólo mueve montañas,
no mata.
Luego
de que conoces el quién, quieres saber el dónde.
Honramos
a Dios cuando danzamos.
¿Quién nos asegura que es mejor un mundo real, si para sobrevivir
tenemos que hacer barbaridades?
Cada
quién escoge su manicomio, aunque desconozca su locura.
Cuando
vi el puñal, del castillo ya no quedaba ni el polvo.
El templo estaba lleno de diablos, uno menos, no haría diferencia:
Me fui.
La
literatura se adueña de todo, no le gustan las medias tintas.
Sin
el ser humano, Satanás no tendría qué hacer.
Reina
la Muerte en los cementerios y en la naturaleza: Reina.
El
ego es una carga, bienaventurados los que están libres del yo.
¿Qué
sería del yo, sin ego…?
Si el ego es más grande que tú, terminará contigo y tus
alrededores.
Cuida
que el ego, no esté sobre tu cabeza.
Que
el ego no permanezca en tu corazón.
Sin
ego, víctima a perpetuidad.
Mantén apartado tu ego, como el enemigo que se ve a distancia.
Apareció, surgieron los fallecimientos y, el dolor como una daga, se
hundió en el planeta.
No sé si hay un grillo dentro, o fuera de mi cabeza, lo único seguro es que:
No
para de cantar.
Mazatlán,
Sin. Febrero/5/2020
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