lunes, junio 04, 2007

Daniel Maldonado


POEMAS DE DANIEL MALDONADO

Gina Wild

Por qué eres así Gina Wild
Por qué no te dejas penetrar como a las murallas
Sexosa?
Si te dieron tetas para amamantar a ejércitos de centuriones
Labios para lamer
Ávida

Lo único que importa es el placer
No puede ser dicho de otro modo más que asaltando

Tan húmeda como una perrita
Vas a mamar
Dilo
Estoy bien rica
Ven dame por culo un trofeo de bastos
Mójate como las pinturas que llevaron el puntillismo hasta tus pezones
Coje
rica
Estalla
Ponte a lamer el deseo como a una piedra de sal

Por qué eres así Gina Wild
Cojelona?

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Adorada Sakti

Todo es agua en la noche compartida

Homero Aridjis


Ah, adornada Sakti

cuando tu miel vaya pastando hacia mi hoguera

con su cencerro de cantaros sonrientes

cuando tu luna se abra como el ojo de la vida

y con la vista rompa el hielo su insolvente furia

cuando el aroma sea la valla que en el roce se deshila

apetente

Rompe el vestigio que dejó en tu piel la duna

anima con aludes lo que la piel no elude

el llano que ante la iluminación del tacto germina su alimento


Ah, adorada Sakti

cuando ejecutes tu cantar de sueño y sobre el acto desvanezcas a los ritos

cuando la voz que marca abrazos en las ramas

de nuestras ansias se alimente

cuando una noche nos tatúe las raíces del olvido

Agita precipicios licuando los alientos

muerde la ostentación, la bocanada, el residente origen

rompe la diamantina herejía de aquellos que con jugos se destilan


Ah, adorada Sakti

cuando aun nos resten los vigías del presente

y con sus rostros nos laceren la partida

no vaciles en restregarle guadañas a la duda

pues el instante crujirá sobre el placer prescrito.





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Alquimia de truenos


Mira

Nada importa

ni las higueras que paren ruidos en el cosmos

ni el latigazo de la hora que arrastra y acarrea reflejos en su fuente

Mira

mientras la luz alcanza a seducir con roces al cristal

nada importa


Mira

ni los ojos que calcinándose en su oficio

regresan del ardor al tacto

Ni las penumbras en las que la llama ofrenda cuerpos licuados por la sombra

alcanzan a sobrevivirnos

Ni las ramas que multiplicaron su danza de llantos secretos

dejan de reclutar presentes


Nada importa, nada, mira

cuando se rompen las fragancias salpicando el trueno

resucitándolo

trueno forjado en la sordera cabalgante

la que deslinda nudos, el hervor y el ímpetu

alquimia de la sal precisa recobrada en la ostentación de labios

mordida que al batir su oleaje busca naufragar historias


Mira

Mientras la calle sigue con sus brazos vigías

clamantes de descanso

y en otros sueños huracanes desmenuzan pieles

mientras la luna lame un grifo sobreponiendo la lengua de su sed

y otra sed imperativa nos concibe el origen de la forma

mientras un dios escribe salpicado por el humo

nada importa, mira

nada importa

ni el fusil que grita cuando estallan gritan mira.

*-*-*-*-*-*


Llega

La calidez es clara, alumbra

Alienta cercanías en deambular de labios

Ella pulsa un edén en su mordida

se abalanza


Pólvora de luna en el agua del origen

su presencia es la pulpa vaticinio de un rito


Inmemorial como la fuente que en sus muslos pace

Pasa

Se deshace y reconstruye con fragmentos de manos la fiebre enredadera

engarzada a sus pechos, sacerdocio de Cipris.


Sus caderas alojan un trigal para uñas

Su sombra ejecuta y multiplica los símbolos caudales

pierde los nombres acentuados por las cosas

feroz murmullo que cosecha la anulación de esperas inflamadas


Respira con un ritmo cacería

Le han dado boca para vibrar, para probar en la sal la distensión

para abolirla las formas


Abre los muros de la piel que ofrenda su medida

Se multiplica en fórmulas para la hoguera con su tibieza a pleno geiser


Para morar los labios

nace la incógnita que amansa el vaho

Su cuerpo vence

germina golondrinas en su espalda

vuelca su beso en el aroma que nuestras lluvias baten


Descreída del mundo formula los llamados

y en la fronda encerrada, a plena luna abierta

regurgita el principio imantando los goces.


Se derrama:

la humedad calca su deleite.


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Así, sin tantos adjetivos

Mira, no es difícil, yo te quiero así, sin tantos adjetivos, sin decirte que eres el suave magullar de mis infiernos, los que una vez me hacían morder la luna oscura; así, sin soles, ni vientos, ni ratones que pasen a través del insomnio arañándonos, tragones, los firmamentos. Yo te quiero sincera y que a la voz de fuga, venga la redada de tu piel despierta, que no acabes de ridiculizar el instante en el que te dijeron serás, nomás porque dijiste soy y te quedaste bien quieta, bien movida, quesque amando. Decirte (porque se me descuadra el ajedrez del tiento y luego ando vomitando no sé que cielos habitantes de un febrero) que no hace falta el no hace falta, ni la melcocha que retumba hasta cuajarse transgresora en melaza de canción ligera.
Todo este punto es un andar indistinto pero ebrio, ejecutas tu mar y te rebasas, no aguanto las ganas de que se me salga lo molusco, de embeberme en tus aguas, de chuparte un ocaso completito.
Yo te quiero distinta cuando la noche cuaje o cuando rompa la tarde sus secretos inciensos, cuando se nos caigan las grutas del horario y nademos termales en la luz del polvo que retorna, alumbrándonos salivas que venzan el duelo del espasmo, cuchillería de roces para afinarnos soles.
Mientras nos beban, los planetas dormirán sus presagios. Ya ves, se me extienden tus ramas en los nervios y termino por sabernos cosmos, savia íntegra en la sangre, tiempo cuarteado en el sagaz conocimiento.

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SIETE ERÓTICAS BREVEDADES

Para Ivonne Celis


I. Las imprescindibles.
Hay mujeres que son imprescindibles a cada historia, uno sabe quienes son cuando se pone enfrente la imposibilidad amorosa. Transitan por nuestras horas desgastando el deseo, sabemos que nunca serán nuestras, porque los motivos no se presentan -ni presentaran- para ello; aun así, guardamos una pizca de posibilidad para nosotros, queremos tenerlas, descubrir que en realidad su piel esta diseñada con el diagrama de nuestras manos, ansiamos reconocer que es suave, calida, dispuesta a fortalecernos con su extensión; conocemos antes de siquiera suponerlo, el tamaño y la tesitura de su sexo, la intensidad de sus labios, el camino a sus fronteras, los silencios en sus ojos, la animalidad de su descanso, las horas junto a ellas con sus ciclos mortuorios, asesinos de la soledad.
Justo entonces, cuando nos sugieren sus universos prestos al descubrimiento, la realidad agazapada salta y nos engulle: ellas se mantendrán dentro del anhelo, velando posibilidades, emergiendo entre horarios y mitos la carcelaria conformidad.

II. Miradas.
Existen -porque las he visto- mujeres que harían temblar con una mirada al más despiadado de los asesinos para luego en forma indolente, mandarlo al más allá: los ojos les brillan espetando faros, son guías para el placer perpetuo y momentáneo de belleza, sirenicas, cirenaicas llamadas dispuestas a chocar el cuerpo entre las olas. Basta dejar a un lado el entorno existencial para ver que en los ojos arquetípicos el universo esta crucificado, no hay ni futuro, pasado o cualquier otro tiempo, todo se transforma en un doloroso instante destinado a ser olvido, una comunión de vistas bebida en el cáliz de la atemporalidad.
Por eso todas las mujeres cargan con advertencias sus ojos antes de ser observadas.

III. De Inútiles Palabras y sonidos.
Tantas palabras de amor, tanto crucifijo en oraciones derramado, tantas idas, ideas, retornos a la letra, murmullos de hora acurrucada, susurros tras la oreja del anhelo, tanta saliva dilapidada lapidando el silencio, tantas e inconmensurables expresiones, llamadas entre vinos –en el “¿vienes?”- , tanto aliento fenecido, tantas y tantas cosas, solo sirven para quitarle la calidad beatífica y salvadora al encuentro silencioso de los verdaderos amantes.

IV. Callados.
El silencio es una virtud, uno aprende en silencio a hacer el amor con las manos, los ojos, la presencia, el entorno, y hasta con el mismo silencio. Puede perderse el hombre en la nulidad del habla, puede caérsele la lengua a bofetadas de mutismo, pero mientras tenga a buen oír la correspondiente afonía de su pareja, sabrá que entre ellos se ejecuta el mayor de los conciertos.

V. Inmortalidad Erótica.
A veces pienso en los amores inmortales, esos en los que la sobriedad vital es cero, donde la pertenencia es tal que las manos no son manos sino enlaces de un nuevo andrógino encarnado; donde los cuerpos entrelazan sus materias corrompiéndose hasta el ultimo estertor.
¿Caerían esos amores si los azotase la loza de lo cotidiano? ¿Serian derruidos por la hora que se marcha, hastiada de satisfacción? ¿Habrá en realidad amores cuyos protagonistas no hayan desaparecido victimados por la finitud de sus sentimientos? ¿Será que lo mortal – la muerte en si- crea un inicio que inocula contra todo fin?

V. Sobre el extravió amoroso.
Supongo que el extravío amoroso es incierto, por ejemplo –y a manera de cercanía- estas líneas ¿Servirán en alguna ocasión para evitarme la pena de saber que no ha existido desde hace tiempo el romance? Me niego a creer en el encuentro fácil e insatisfactorio de la carne estrictamente desgajada por bestialidad; si aun tengo mis manos feroces para recorrer el muslo mas cubierto, los ojos ciegos que atravesaran las murallas del cuerpo, el olfato que desgajara la aromática sensación, mi lengua afilada sumergida en el sacrificio extático, ¿de que me sirve una piel perfecta, una figura agraciada hasta la insolencia, si al final, cuando caiga la mascara (persona, personae) me encontraré en un onanismo compartido?

VI. Mujeres desenmascaradas.
Cuando observo cuidadosamente a una mujer -en especial a una mujer bella- le quito la mascara. Su personae cae. Una mujer sin mascara realiza una transmigración: o esta vacía y la porcelana de su figura reluce frágilmente, o gana la admiración golpeando colmenas de deseo. Una mujer de interioridad luminosa es frágil, suele entregarse en una sonrisa complaciente, pasiva, a la espera, como cuando se desnuda para amar y ser amada.

VII.
Si las horas se cuelgan del almanaque estrangulándolo, si la correspondencia amorosa vuela entre dos personas anunciando el comienzo de un lejano e inexorable fin, si esta vida
se enajena en su incomprensión, si se ciñe a una espalda el éxtasis, si dos bocas respiran a un aliento, si se prohíbe amar a tiempo y a destiempo siendo nosotros los dictadores de la sentencia, si la cobardía cabalga entre las sienes y las manos ansiando el grito del suicida, si estas inmerso en el desvelo y ella es sueño desatado, si la ventura cae del cielo entre sus piernas pero ella está mas allá de esas dos piernas, si sangras herido de abandono, si la realidad no es tan fuerte para atravesar las puertas tras las que se desnudan, si no tienes remedio, si lo tienes y lo dejas porque conoces su único remedio; si sabes que no somos hijos de la eternidad y si comprendes, sabes, pruebas, sientes, deduces; entonces y antes y después de entonces: ama, porque a las explicaciones les bastan los silencios.

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El Buen Caldo / EN MI SILENCIO HABITAS EL SECRETO

Por: Daniel Maldonado - 28 de jul de 2006.

Luz, Apetitosa: Yo que tengo ganas de olvidarme de todo y consagrarme en el dulce saber de tu goce y sensación, yo que te amo en la tranquilidad y en los encierros ardientes, te envío estos mensajes extraviados en células remotas:

/Luz súbita, raíz del día, ilumínate, incendia las leches de tu entorno, la nutrición encendida en la lengua de fuego del latido. Ahora mi sangre en tu cuerpo marcha.
/Amarte es sostener antorchas en el camino negro de la luna.
/Mi apetito tiene el signo de tu intimidad.
/La noche erige la locura en la miel salada de tu abrazo y desde tus labios la humedad fortifica el goce que resplandece un llamado de fuga y permanencia.
/El río original de tu cuerpo sangra e irriga el alimento de dioses acallados por la conquista.
/Tengo ardor de ti, apetencia del hervor de tu carne. Te amo y te deseo fieramente, podría libar tu agua más secreta.
/Tengo ganas de verte y extraviarme en tu piel y tus extensas sensaciones, de besarte como un sátiro perverso, como a un sagrado río vivo.
/Carnocita bella, manjar tentador y sensual, ya quiero que sea domingo para devorar tu fuego íntimo, tus cascadas y ríos y sentir la ebriedad que me desbocas.
/Tu fragancia se desliza en tobogán glorioso, abre mi vida.
/En tu mirada se deshilacha cualquier posible dolor, eres la vida y la sazón de mi locura, mi razón transformadora, la magia.
/Sólo tu vida forja mi camino, sólo en ti germina un río fragante de frutos, un festín de vida, plenitud y maravilla.
/Que tu sueño revele lo que yace en las cuencas del silencio.
/Sin ti las calles arden raspadas por el sol.
/Mis dientes que te muerden como arrecifes que encallan navíos, besos navegantes de tu mar turquesa, al abordaje de tu aroma y dicha.
/Tus besos llueven en mí como las sombras que cruzan y nutren el ardor de las arenas.
/Zumba la noche en tus células y dice: descansemos.
/De mi vida tú eres el encuentro y el tiempo más reconfortante la gracia y la oportunidad de beber el agua del sentido.
/20:54, es la hora en la que el fuego abre su paladar para beber la fuerza original de la sangre.
/En mi deseo te diluyes como nube navegante en fulgor divino.
/Te imagino con colitas, racimos en el sueño de la carne, tu árbol de humedad interna, frutos acuosos, desbordados.
/Esta noche bañaré mi nado en tu cabello, sabadaba diving soul, buena noche amada mía súbete súbita a mi ilusión.
/¿De dónde ha llegado tu aroma a desbocar el agua de mi instinto?
/En tu mirada la hora de la dicha transcurre caudalosa.
/Cuando mis labios te pronuncian sólo el amor engendra claridades, frutos ígneos.
/Contigo me vuelvo brasa, venturosos sueños.
/Que ganas de beberte en una hoguera y calcinar el instinto lentamente.
/Te mando besos cafetales para el despabile y el ánimo alto.
/Amo tu vida abierta como mar al filo del destino.
/Lejos de ti, el tiempo es una llaga que sangra los segundos.
/Tengo ganas de embriagarme de tu íntimo licor, beber la dicha en cada uno de tus poros, besarte hasta la mínima latitud, hundirme en el vendaval nocturno de tu piel, querencia del abrazo de tu edén.
/Bouna será para transitar de espacio. Que descanses, en el sueño concilia. Con luz esta noche la fortuna te llama a cielo raso a brazo. Que rico es rendirse a veces.
/Ah deliciosa que siembras y cimbras en mí la necesidad de verte y sentirte.
/Sin ti la tarde es menos cruel que el testimonio de los hervores que agotó la herida, en ti mi mundo crece sus latidos de magma venturosa y acechante.
/Esperar tu tiempo me da sensatez, tu tiempo y tu vida, aquí se desbalagan los pasos de la tranquilidad, vamos despaciosamente.
/Eres el oasis que nutre la vaguedad de mi vida fogoso manantial de delicia canela en el tránsito de la frialdad.
/Eres la fiebre que agranda mis latidos.
/Tengo ganas del cuerpo de tu edén, de tu aroma y tu tacto soberanos de la miel de tu mirada.
/Luz de noche inmersa en la ebriedad de los licores espirituosos en la barra liebre y liba la vitalidad del rayo en el sueño bisturí de lo preciso el signo Lx Trnam.
/Te lías a películas apetitosas, ramares en la vía sombras de luz nocturna en plazas que se tortugan Guantanamera, morena, guantanamera buena noche pa la salud- alud!
/Luz de mi fuego sacro aroma del joyel turquesa de tu abrazo.
/Cae la tarde y con ella se eleva la tentación de tu presencia, de entrarte con la intensidad lúbrica y sagrada de los templos carnales.
/Quiero germinar huracanes en tu beso tormentas gozosas que derriben el tiempo y el espacio.
/Me diluyo y renazco en el regio licor de tu mirada.
/A goces y a penas me acuerdo de ti, a dichas y tiempos y sabores cuando despierto y cuando fantaseo, cuando no se me paran ni las moscas.
/Te amo más allá de mis desganos y cansancios eres quien desbarata mi apatía y la transforma en dicha serena que desgajo a discreción.
/Dos palabras que se abren como gardenias y cargan el aroma turquesa de tu mar: te amo.
/Te ama: El horriblote de la bella Luz.


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Daniel Maldonado
Torreón, Coahuila. 1978
Es autor de los poemarios Los otros males, 2002 (Dirección Municipal de Cultura, Torreón) y Engranajes memoriales, 2002 (Historias de Entretén y miento, año 14 No.134, Consejo Editorial del Gobierno del Estado de Coahuila). Compilador y coautor del libro Las lenguas dementes, poesía de catorce autores (Dirección Municipal de Cultura, Torreón, 2004) Antologado en el colectivo de poesía bilingüe español-francés Cantos de Piedra / Chants de Pierre (Alianza Francesa de Torreón, julio 2005) junto a poetas contemporáneos mexicanos y franceses.

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