Mañana será el cristal que destrozó la
mano fría del invierno lamento amplio fantástico y absurdo debajo del ala donde crece el alma que
trajo y olvidó darle un
barco con luna una isla donde
refugiar fantasmas y un muelle
que la recibiera desde sus ausencias con nardos y el canto de otras marismas Un corazón tiene su yo no el que muestran espejos y distorsiona el alba Hoy es mañana o cualquier hora enredada en tinieblas Sabe en cada noche que un cielo de ojos oscuros no
baja y canta con su
vestido negro donde la
soledad extiende su voz de faro
Navojoa,
Sonora. Septiembre /10/ 2004
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